viernes, 29 de agosto de 2014

Instalado Gabinete Comunal de Calle en la comuna Paula Correa


Con el fin de crear estrategias de trabajo para priorizar las necesidades y dar respuestas oportunas a los comuneros y comuneras del Municipio Revenga, más de 100 voceros y voceras, pertenecientes a la Comuna “Paula Correa” y “Alto Tuy”, realizaron este jueves Gabinete Comunal de Calle, en las instalaciones de la sala de Batalla Social del sector El Trapiche del Medio de Sabaneta.

El Gabinete Comunal de Calle, es una política que lleva a cabo el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Movimientos Sociales, como parte del Gobierno de Calle, impulsado por el Presidente Nicolás Maduro, que tiene como objetivo principal “escuchar las inquietudes y propuestas de nuestro Poder Popular, para establecer acuerdos en materia de comunas, contraloría, participación, vivienda, fuerza productiva y  movimientos sociales” expresó Betzy Camacho Directora del despacho en el estado Aragua.

Durante la jornada se entablaron mesas de trabajo con diferentes temas a debatir, entre ellos el habitacional, en el cual, acordaron abordar a los 10 consejos comunales con más necesidad de los 43, así lo indicó, Neida Espinosa, vocera del Consejo de Planificación de la Comuna Paula Correa.

Quien además, añadió, que junto a las UBCHE y servidores del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Movimientos Sociales, visitaran a 5 familias que necesitan atención inmediata.


Otra de las mesa entabladas, se refirió a la activación del Plan Jóvenes del Barrio, en el cual se les dicten talleres de periodismo comunitario para impulsar la radio comunitaria que está en construcción, además la activación de de las danzas, aerobics, deporte, también “vamos a insertar a la sociedad a los jóvenes con problemas dándoles 3 hectáreas y medias de tierras para la producción de parchita” puntualizó, Espinosa.

Con respecto, a la guerra económica que enfrenta el Estado en la actualidad, Yubilerma Ribas, vocera del consejo comunal “José Leonardo Chirinos 01", dijo efusivamente “el poder popular debe salir a controlar la especulación a regular los precios a combatir la guerra económica, porque, si somos gobierno vallamos a gobernar”.





Texto: Crismar Peñalver, Prensa Min Comunas

Fotografía: Wilmer Jiménez Prensa Min Comunas 

miércoles, 27 de agosto de 2014

RECORDATORIO

28 Julio, 2014 publicado por reinaldoiturriza 
El hombre Chávez apareció entre nosotros para enseñarnos que, contrario a lo que hubiéramos podido pensar, no éramos menos que nadie, hombres y mujeres de tercera categoría, sino seres humanos dignos, merecedores del respeto del mundo. Chávez fue ese hombre nuestro que, en nuestro nombre, se rebeló contra la inhumanidad que nos reservaban las elites como fatalidad, y reafirmó nuestro derecho a decidir nuestro propio destino. Se dice rápido, pero hay que ponerse en los zapatos del pueblo venezolano veintidós años atrás, y recordar su desesperación, nuestra rabia. Hasta que apareció el hombre Chávez. Incluso en la derrota, tuvo los arrestos para hacernos un guiño y nos invitó a seguir peleando. ¿Cómo no hacernos cómplices de un pelotero que, al término de una remontada fallida, nos pide seguir jugando hasta dejarlos en el terreno? No sólo no había pueblo vencido. Por primera vez en mucho tiempo teníamos la certeza de que el equipo ganaría. La grandeza de Chávez estribará siempre en su entereza para sortear cada dificultad, en su entusiasmo a pesar de la adversidad, en su alegría infinita. Saberlo como nosotros, parte de nosotros, no sólo lo hacía más grande, sino que nos hacía mejores. Con Chávez aprendimos a ser un pueblo que lidia con las peores dificultades como quien asiste a una fiesta.
Irremediablemente humano, se nos murió Chávez. Y podemos decir con justicia que nunca enfrentamos dificultad más grande. Dolor más profundo. Chávez llegó a nosotros bajo el signo de la celebración. Nicolás (permítame, Presidente), en cambio, debió asumir su responsabilidad en nuestra hora más triste. Ello entraña una doble responsabilidad y una pesada carga que debemos distribuir entre todos: la de recordarnos lo que significa ser chavistas. Recordar a Chávez como el hombre extraordinario que fue, pero ante todo como hombre. Ese hombre como nosotros, que nos hizo redescubrir nuestra humanidad, y que nos enseñó que no había dificultad insuperable si luchábamos como pueblo unido.
Con motivo de la celebración de los primeros 60 años de Chávez, me parece oportuno el recordatorio: el mejor homenaje que podemos rendirle al hombre, es ser capaces de disipar la tristeza que nos dejó su partida. Para ello, es preciso redescubrir, si fuera necesario, la alegría de enfrentarnos a la dificultad, cualquier que ésta sea, con la certeza de que venceremos. Es preciso redescubrirnos como seres humanos capaces de las mejores cosas, no importa el tamaño del problema. Eso es, en última instancia, lo que significa ser chavista. Nicolás está haciendo su mejor esfuerzo. Hagámoslo todos.

El grito de Paula Correa

Ernesto Cazal
@ernestocazal


Cuando se traza una meta, un plan, es difícil concebir la vida de otra forma que no esté vinculada con lo que se lleva en el cuerpo y el pensamiento que corresponde a ese plan, que en este caso es el de hacer revolución. Las comunas no son un encargo, sino una proposición histórica, un signo en construcción, el país que soñamos pero que como generación nunca veremos. Si no observamos desde esta óptica el quehacer comunero será puro y profundo desaliento. La utopía entonces carcome, hasta el plan que nos envuelve no encuentra cuenco, sustento. No. Hay que entender la experiencia venezolana de la comuna como una línea que aún se sigue trazando. Pregunto como un convive lo hizo hace poco en conversa: ¿acaso tenemos 40 años experimentándolas? Adhiero: ¿acaso la revolución es un enigma utópico que queremos ver ya o es una semilla que apenas empieza a brotar bajo nuestros propios pies? ¿No somos acaso los agentes de este país revolucionao, en el que los pobres estamos pensándonos, discutiéndonos, juntándonos para el porvenir? Hablemos de futuro, pero sólo si tenemos bien presente el ahora y el que fue.

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En la comuna Paula Correa, entre La Victoria y Las Tejerías, municipio José Rafael Revenga, estado Aragua, hay un montón de gente que entiende la construcción de otro país desde el lento transitar histórico, pero con profundo trabajo de hormiga. Son poco más de 40 consejos comunales que unieron fuerzas en los tremebundos valles aragüeños para construir otra manera de vivir, bajo otras formas de organización política y hasta social. Donde sólo había “monte y culebra” y mucha delincuencia, como dice la vocera de la comuna Neida Espinoza, ahora hay una Casa Zamorana en Trapiche del Medio para la conspiradera comunal. Allí se reúnen, con frondosas montañas de paisaje, los llamados enlaces y vocerxs de las diferentes zonas que hacen vida en el espacio geográfico designado por el Coman en 2010 para la consolidación de la comuna (agroecológica turística Paula Correa, su nombre completo).

“Sembramos sobre todo tomate, maíz, pimentón… este suelo produce de todo, cualquier semilla que se te ocurra echar crece en esta tierra”. Yusmari Rapillosa, tan singular su nombre como su belleza, nos explica todos los recursos que tiene la comuna para trabajar la tierra. Dos casas de cultivo, dos mayas sombras (mediante convenios Cuba-Venezuela y China-Venezuela), un montón de herramientas para el laburo agrícola y campo abierto de sobra. Sesentisiete (67) hectáreas para construir aquella soberanía alimentaria de la que tanto habló Chávez, y que la gente de Paula Correa mantiene como promesa de pecho no sólo por la convocatoria presidencial, sino porque, dicen muchxs de ellxs, “el trabajo con la tierra, con el cuerpo, nos transforma y hasta nos brinda cierta disciplina”, recalca Neida con su negra sonrisa. 

La mayoría de lxs comunerxs de acá nunca había agarrado una escardilla en su vida, pero poco a poco le fueron agarrando el gusto. El trabajo cuando no se asume como esclavitud, porque se tributa no a un patrón o jerarquía estatal sino a la comuna en sí, es vivificante. El sudor no es plaga ni la comida sólo consumo. Hay una salud que se construye, que se alimenta.

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Pero, ¿quién fue Paula Correa? El nombre nos sonaba, cuando los comunerxs echaron el cuento: fue la madre de Ezequiel Zamora. ¡Ah! La señora fue aguerrida, insultó hasta el extremo a la oligarquía naciente cuando mantuvieron encarcelado al Jefe del Pueblo Soberano y hasta era capaz de defender el grito ¡Tierras y hombres libres! con su propio cuerpo. “Tenía temple, coraje”, musitan algunas. Y es que de paso, en la Casa Zamorana, hacen vida más mujeres que hombres. Las locas, le dicen. Entre la algarabía organizada, la plenitud caribeña se nota a leguas: son unas locas, pero de esas locas con las que se puede contar para hacer la revolución. En una comuna habría que sospechar de quien se las tira de cuerdo, porque querría decir que el capitalismo lo tiene en su manga. Y estas mujeres están tan a tono con el grito antioligárquico que hasta tienen el decreto nº 5.378, de toma de tierras, que el Coman nos dejó desde el 15 de junio de 2007. Está en forma de letrero y se observa pegado en casi todas las paredes de la Casa Zamorana.

Todxs en la comuna Paula Correa se saben la historia de cómo empezó la experiencia ahí, porque es historia de construcción colectiva. Sin embargo, hay una especial protagonista, la misma vocera de la comuna: Neida. Ella, vecina de La Gruta (barrio cercano a la hoy Casa Zamorana), fue la que se llegó a Trapiche del Medio en 2008, en el que había puro malandro y militares que iban pendientes del guiso. Junto a Betty Vera, se sentaban en la ladera contigua a los terrenos que sería luego jurisdicción de la comuna, como diciendo “aquí estamos y no hay latifundista que nos saque de aquí”. Así fue un tiempo, con cuentos de balas incluidos, hasta que se le adjudicaron aquellas tierras a los seis consejos comunales que hacían vida por ahí. Ojo al dato y recuerdo: ahora hay más de 40 consejos comunales; en este país los pobres se organizan para construir la matria que Chávez convocó.

El Aló Presidente #365 se puede encontrar en YouTube y ver a Neida recibiendo el decreto de tierras de la comuna naciente. Ella impulsó el proyecto comunero, convocó y hasta mandó gente al carajo. “O se montan en el autobús o vayan a ver qué hacen”. Y es que acá están completamente convencidos, porque lo han experimentado en cuerpo y pensamiento, que las necesidades son salvadas porque se juntan para resolver los problemas en colectivo. Se asumen incluso como “cuadros políticos y sociales”, como si de una batalla festiva se tratara. “Acá hay una contradicción de lucha de poderes, de clases, sobre todo contra los terratenientes”, vocifera María Meneses. Esta mujer, negra como el carbón con cierto temple de amazona, nos contó que aquellas tierras eran propiedad de los Vollmer, de la Hacienda Santa Teresa. Si se cruza desde La Victoria hasta Trapiche del Medio se puede atisbar la mentada hacienda, con sus esclavos trabajándole al rico invisible y sendas canchas de rugby donde incluso se celebran campeonatos internacionales. Sale un desagrado en tono de chiste: “y pensar que en Caracas hay una avenida con el nombre de ese patrón”. “Conspiren para derrumbarla”, suelta Meneses con su propio sello.

La jurisdicción de la comuna cuenta con 397 hectáreas aproximadamente. Una monstruosidad. Abarca, entre tanto valle, uno de particular belleza natural: Caracatías. El proyecto ecoturístico que tienen pensado se construirá en ese valle. Sólo esperan los recursos necesarios por parte de algunas instituciones. Esto no podría ser ni imaginado antes, cuando “esto era una bomba”. Enoel Oliveros, vocero de Contraloría Social, nos dice que lo que hacían en el municipio Revenga era “quemar cauchos y trancar carreteras para lograr objetivos políticos. Ahora somos diferentes mediante el trabajo comunero: ahora hacemos cosas”. Además, los chamos del barrio iban pendientes de “la mala vida”, como muchxs dicen. 

Cuando subíamos por La Gruta, “la zona más peligrosa del municipio”, dice Neida, vimos a los convives jugando baloncesto en la calle y saludando a la vocera, señoras preguntando cosas a lxs comunerxs, tranquilidad. “Claro, ahora es zona de paz”, vuelve a sonreír la negra. La comuna tiene su trabajo de formación constante, “porque aquí cada uno tiene su saber, y ese saber hay que compartirlo”. Escuelas campesinas, le han llamado a esos espacios de formación. Hacen talleres de compostaje, por ejemplo, que se concretan en huertos familiares en algunos patios de las casas en los barrios. Aseguran que la eficiencia es uno de sus menesteres: “proyecto que ha llegado, proyecto que se ha ejecutado”, comenta Iraida Montilla, y termina: “nos dicen las drupis porque andamos en todos lados”.

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Algo insólito pasa en materia comunicacional en el lugar: desde los espacios de la radio comunitaria del municipio hablan feo de lxs comunerxs, y ellos no pueden incidir porque no es de su jurisdicción. “Hace falta que nos activemos más en materia comunicativa, que nosotros mismos comuniquemos lo que estamos haciendo”, dice Aychell Ramírez, enfermera de la Casa Zamorana. Los pobres estamos haciendo la Historia, sí, pero hace falta que tomemos por asalto las armas de la palabra y la imagen para escribirla desde el nosotros, nuestro habla e identidad de clase, y no desde el apoltronamiento burgués y académico. No somos objetos de análisis sino sujetos en llamas, gente en viva revolución.
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La comuna, con atardecer incluido, tiene manto de alegría. Los valles dan forma geográfica al ánimo de estas locas que conciben en este momento la organización popular como revulsivo político inmediato. Y eso está bien, pero están conscientes de que no hace falta congregar una comuna para hacer eso. Han tenido dificultades, saben que ese nuevo país no nacerá de súbito sino como aquellos valles de Aragua, de a poco.
Asumían la escardilla como herramienta identitaria, pero un acontecimiento cambió su sino comunero. Aviso: viene la parte chimba del cuento.

En 2011 se le entregó la mayoría de las tierras cultivables a la Empresa de Producción Social (EPS) Valle Las Tacariguas IV y V, bajo la jefatura del coronel Leonardo Raymond. Lo que antes era la Unidad de Producción Social Paula Correa ahora es una empresa más dirigida a la manera burguesa por el Estado. Vaina pa’ injusta. Porque ni siquiera dejan a lxs comunerxs acercarse a las casas de cultivo, que ahora son siete. Dicen que ya no producen como antes, cuando se cultivaba desde la construcción colectiva, “cuando las tierras estaban en manos del pueblo”. En algunas fotos se nota el bosque de maizales, el trabajo con las manos, cajas llenas de pimentones bien grandes. Al ingreso de las casas de cultivo también se nota el trabajo, ya listo para la cosecha. Pero dicen que no es lo mismo con respecto a entonces.

Nadie sabe la razón exacta por la que no dejan entrar en esos terrenos a la gente de la comuna. Meneses cuenta que ella habla regularmente con el coronel Raymond por teléfono, pero que el tipo es displicente a sus réplicas. La negra salta con lírica rabiosa y tristona, y nadie la culpa por ello. “El Comandante dijo que el Estado tiene que trabajar con y para el pueblo, entonces ¡cómo es posible que se nos cierren las puertas de algo que amamos como estas tierras que antes trabajábamos con seriedad! Nosotras llevábamos esas cosechas a las comunidades del municipio para que todos tuvieran, pa’ que nadie pase necesidad”. Y es que llega hasta puntos álgidos la indignación: la EPS contrata como mano de obra a la gente de la comuna, salario y cestatickets incluidos, como si la lógica capitalista fuera necesaria en campo revolucionao. Además, el fruto de las cosechas, dicen, nadie sabe adónde va. “Probablemente pa’ Caracas o Los Teques”.
Dos años han pasado desde el desplace. Les arrancaron las escardillas de las manos. Sin embargo, aún pelean para que vuelvan las manos a la siembra comunera.

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La construcción de comunas en Venezuela es de lento transitar. No es pan comido ni cuento de hadas. La lógica del capitalismo dicta que todo nos tiene que ser dado con la condición de ser libres como ricos o esclavos como pobres. Que es una gran fábrica, el mundo fue y será una porquería, tango mediante. Será si no entendemos que las comunas en formación tienen que tener mucho trabajo de hormiga, de experimento, discusión y desmontaje gradual del capitalismo, que es sistema y es cuerpo adentro también.

Existe una revolución no porque un Estado (burgués y hasta cuasigomecista como el venezolano) lo permite, sino porque los pobres hemos dado el grito necesario, el ya basta que se alzó en el ’89 y que se legitimó con Chávez en vida. En la comuna Paula Correa se forma gente que hilvana otro país, que entiende la vida como un engranaje histórico que respira y no flaquea. “Invitamos a todos los revolucionarios del país a que se constituya en comunas, porque comuna es unión, es juntarnos para construir otra cosa”, grita y convoca Nérida Torres, quien con sus manos campesinas entrelaza sus dedos.

En Paula Correa se grita con dignidad. Se ha acudido al llamado del Coman: que no seamos reacios espectadores de la Historia, que vamos a construirla juntos.



Publicado el 23 de septiembre 2013: https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=3830837846508030444#editor/target=post;postID=2670839102450266186


Como el viento en la noche


Marco Teruggi
Comuna Carlos Escarrá

Cuando Isólis ordena las sillas en círculo, la noche se acerca trayendo el comienzo del viento, y en el cielo el sol ya se ha hecho estrellas –como racimos tal vez-. En las calles quedan pocos carros, el calor continúa sin tregua, y cerca, muy cerca, se encuentra la montaña con su selva y ríos y pájaros, y detrás de ella algunos pueblos y el mar Caribe.



La tranquilidad con que Isólis, y de a poco más personas, organiza el espacio en el cual se realizará la asamblea comunal, contrasta con la realidad vivida en ese lugar un mes atrás. No es necesario preguntar: allí está el supermercado saqueado, el quiosco dañado con pintura y humo negro, al igual que la arepera socialista, a la que le arrancaron parte del techo –abandonado a unos cien metros de ahí luego de haber sido utilizado como barricada-.

Sucedió entre el 21 y el 24 de febrero. “De no haberse dado el saqueo, las casas de los líderes chavistas de la parroquia habrían sido atacadas”, explica Isólis. Fueron noches de fuego –cortes de las avenidas, bombas molotov, una bombona de gas que quisieron explotar contra la arepera-, noches en las cuales la violencia de la derecha cobró fuerza y radicalidad.

Pero nadie retrocedió, y al apagarse las últimas llamas –al terminar un round, otro más, no el último- la comuna “Carlos Escarrá” retomó sus actividades abiertas en la plaza principal de la parroquia El Limón, vecino a la ciudad de Maracay, en el estado Aragua.

Y ahí está Isólis Rivas como cada lunes, sentándose, y de a poco los demás comuneros y comuneras, hasta que el silencio se hace y comienza la asamblea, sus discusiones sobre la renovación de vocerías de los consejos comunales, los operativos de Mercal, la construcción de nuevas viviendas, las actividades culturales, la participación en la Conferencia por la Paz realizada el día anterior en Caracas. Así muchos temas, avanzando, retrocediendo, y volviendo a avanzar, como el mar, detrás de esa selva.

De la reunión participan los catorce consejos comunales que conforman la comuna. En el comienzo, hace siete años, eran cuatro, dispuestos a hacer camino juntos. Para ello recorrieron las demás comunidades de la parroquia con una meta: impulsar la conformación de nuevos consejos comunales. La comuna fue deseo, búsqueda obstinada. Isólis aprendió una verdad: “Las comunas no se decretan, nosotros las armamos por una necesidad propia del pueblo”.
Obstinada, sí. “El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo”, decía el escritor argentino Roberto Arlt. Así se hizo “Carlos Escarrá”, con trabajo, voluntad en cada esquina, cada desafío. “Todo lo que conseguimos en salud fue una lucha del pueblo” cuenta Isólis mientras enumera los logros: una sala de rehabilitación integral, un centro de alta tecnología, un servicio de odontología y de medicina general.

 Comenzaron tomando el espacio donde funcionaría el primer espacio de salud. “La comunidad luchó, diariamente había 200 personas, cada noche hacíamos guardias, nos empoderamos del espacio”, cuenta. Ahora tiene el puesto de defensora de la salud. Cada mañana a las 7:30 de la mañana abre las puertas de una realidad conquistada. Al hacerlo ve un cerro, un azul de cielo, y a su lado una médica cubana.

No sólo la salud fue una lucha. En el tiempo de la toma el alcalde era de oposición, por eso la resistencia. Pero esa no-relación, esa confrontación nunca cambió. De los cuatro alcaldes chavistas que ocuparon el municipio, todos, como explica Isólis, “traicionaron la revolución”. La última en ejercer ese cargo no fue la excepción: “Ejerció políticas contrarias al poder popular, nos negó los proyectos que le presentamos, se rodeó de gente opositora, desconoció los consejos comunales, y realizó actos de corrupción”.

Así también les sucedió con varios actores del chavismo. “En nosotros no creían muchas personas de las instituciones, no aceptaban que estuviéramos yendo hacia las comunas, no nos apoyaban en nada, pero tuvimos la decisión de no pararles, y con la constancia nos impusimos”, cuenta. La asamblea ha terminado hace pocos minutos, ya la calle es silencio y la plaza soledad.

Cuando Isólis habla de las instituciones se refiere no solamente a la alcaldía, sino al entonces llamado Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Protección Social –hoy para las Comunas y Movimientos Sociales-. “No se nos atendía, nos negaban el registro”, recuerda. Esa situación ha cambiado: “Ahora empezaron a respetarnos, a escucharnos”. De igual a igual, desarmando el vínculo desigual de poder entre la institución estatal y la comuna, eso es para Isólis, lo que se debe, lo justo según el proyecto bolivariano.

En cambio la relación con la alcaldía no solamente no cambió, sino que al realizarse las nuevas elecciones el pasado ocho de diciembre –en las cuales el chavismo ganó a nivel nacional con una ventaja de 700 mil votos- el resultado quedó expuesto: un alcalde de Voluntad Popular resultó electo. La consecuencia rápidamente se evidenció: el apoyo logístico –también trajo gente de otras parroquias en particular para el saqueo- y político de la alcaldía a los recientes hechos de violencia.

“Le pedimos a la coordinación regional del Psuv (Partido Socialista Unido de Venezuela) la revisión, expulsión e intervención, y no fuimos escuchados. Después de 4 años de su gestión perdimos el municipio y ganó un alcalde de derecha”, recuerda Isólis. Se detiene y dice sobre la noche ya vacía: “Podemos ser chavistas, disciplinados con el Psuv, pero no pendejos, no soportamos más traiciones”.

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El día en la comuna comienza temprano. Así el sol, el final del viento que de a poco se va, la selva que sigue cerca, y en su orilla centenares de hombres y mujeres empujando el destino, juntos. Sobre ellos vuelan pájaros de cuello amarillo, azul, y el final del viento que de a poco se va.

En su camino entendieron la lucha como una necesidad para profundizar la organización popular. Así emprendieron diferentes apuestas, como por ejemplo disputar dentro del Psuv. Lograron así que los dos concejales del partido en la parroquia provengan –y sigan perteneciendo- de los consejos comunales de “Carlos Escarrá”. 

Uno de los comuneros concejales es Brullerby Suárez. “Hay resistencia en las estructuras del Psuv en que se transfieran poderes al poder popular. Pero nosotros decidimos infiltrarnos para desde allí impulsar políticas públicas, implosionarlo desde adentro”, explica. También se dieron una estrategia hacia las Unidades de Batalla Hugo Chávez: todos sus jefes son ahora voceros de los consejos comunales.

¿Para qué esa decisión, esa disputa? En primer lugar para no dejar el partido en manos de actores político contrarios a las comunas. Pero también por una concepción del alcance de la nueva política que buscan construir: “La comuna es el gobierno de todos, y queremos impulsar políticas porque nosotros las padecemos y las podemos transformar”, cuenta Brullerby.

Las tareas de los concejales son un aprendizaje no solamente para quienes ocupan esos cargos sino para la misma comuna: de ahí, de su asamblea de cada lunes, surgen los lineamientos a ser llevados a la alcaldía. “La asamblea arma las propuestas de ordenanzas, las discute, y existe además un control y seguimiento del Psuv por parte del poder popular”, explica el concejal. Él por su parte pasa la mayor parte de su tiempo en las calles de la parroquia.

Las ordenanzas que impulsan buscan ir en una dirección: fortalecer al poder popular. Así por ejemplo están proponiendo que puedan participar los espacios de organización popular en el consejo local de planificación pública. Abrir los espacios estatales y avanzar en la transferencia de poder hacia las comunidades organizadas, una apuesta estratégica.

El horizonte en las palabras de Brullerby es uno: el Estado Comunal. “Somos fervientes creyentes del nuevo Estado, y para eso tenemos que transferir el modelo económico, que los medios de producción estén en manos del pueblo organizado”. El horizonte en las manos, así puede e intenta ser la comuna cada día, desde temprano.

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Al mediodía los árboles de la plaza cargan el sol sobre sus espaldas, y debajo las sombras, buscadas. A esa hora los trabajadores de la bloquera comunal “El Torreón” descansan -las hileras de bloques mientras tanto se secan bajo el azul impiadoso-. Las trabajadoras de la arepera en cambio venden almuerzos y jugos y arepas y todavía algún desayuno criollo.

Esas son las dos Empresas de Propiedad Social de la comuna. En la bloquera trabajan siete personas. Su producción está destinada a la comuna –para la construcción de viviendas- y a otros consejos comunales de Maracay. En la arepera tienen su puesto de trabajo nueve comuneros. Todos cobran según la producción. Con las ventas además cubren los gastos de mantenimiento de las máquinas, y aportan el 6% del excedente a la comunidad.

Una de las decisiones que tomaron entre las empresas y la comuna fue la de no aumentar los precios siguiendo la inflación –generada por guerra económica de la derecha-. Así por ejemplo un bloque es vendido en 9 bolívares, mientras en el mercado cuesta 18. “El margen de ganancia es corto pero el principio de estos espacios de trabajo no es el de enriquecerse especulando sino el de tener un uso social, tanto de la producción como de las maquinarias”, afirma José Carrillo, vocero de la bloquera.

Además de esas dos empresas, existe también la Base Agroproductiva Socialista de cultivo La Limonera, un espacio de producción de hortalizas, verduras y especies aromáticas. Esa experiencia impulsada por la Misión AgroVenezuela guarda una diferencia con la bloquera y la arepera: allí no se ha logrado la autosustentabilidad, cada jornalero cobra un incentivo semanal brindado por el Estado. El objetivo a mediano plazo es terminar con esa necesidad, y que la base agroproductiva pueda funcionar como una empresa de propiedad social.

Ángel Rivero, jornalero y miembro del comité de agricultura urbana dentro de su consejo comunal, al analizar la situación en la que se encuentra, llega las siguientes conclusiones: “Las dificultades se deben a la pérdida de la cultura del trabajo de la tierra, de la siembra, las costumbres de nosotros mismos, una herencia impuesta por el capitalismo centrado en el auge petrolero y en el abandono del campesinado”. Ángel insiste sobre la necesidad de avanzar hacia la soberanía alimentaria –“como siempre decía Hugo Chávez”, acota-, y eso empezando por la de cada comunidad.


Por eso Ángel, junto a cinco jornaleros más, va cada mañana a trabajar –allí también se acercan brigadistas de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad Bolivariana de Venezuela-, temprano. Luego el calor golpea demasiado, nace el sol que quema. Aprendió a trabajar los 34 canteros, el conuco, a cosechar remolachas, lechugas, a cuidar, regar, darle vida a la tierra –esa tierra que sólo espera la mano del hombre y la mujer- para ayudar a producir los alimentos para su comunidad, para la necesaria independencia económica.

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“Los espacios ganados no los vamos a ceder a la derecha” dice Isólis. Ya la tarde se ha encontrado con la noche, y el azul se puebla de negro y de los primeros racimos. En la plaza preparan los equipos para la proyección de un documental, una actividad impulsada por el espacio cultural de la comuna, abierta a la mirada de la calle, que por el momento continúa en calma

Mariale Caraballo junto a su compañero, Dr. F. como le dicen, forman parte de quienes motorizan ese trabajo, en particular con los jóvenes del barrio, organizándose alrededor de las diferentes artes urbanas –entre ellas graffiti, skate, hip-hop-. Participan los lunes en las asambleas a través de su colectivo, Jalea 283, y tienen un proyecto nodal: abrir en la comunidad un espacio para brindar talleres de producción audiovisual, un estudio de grabación, una radio, una televisora, “un lugar para la formación cultural”.


“Rumba y formación” explican, y ese último aspecto cobra cada vez mayor centralidad: el proyecto comunal se enfrenta con una derecha que no solamente se opone violentamente, sino que también ha ampliado su estrategia: desde hace 3 años han comenzado a infiltrarse en los consejos comunales. Así, de los 18 que están conformados en la parroquia, 4 no se han unido a la comuna.

Según Dr. F., la posibilidad de que hayan logrado hacerlo se debe a “la falta de claridad de mucha gente sobre qué es el poder popular”, y a la composición social de quienes están en esos espacios: de clase media-alta. Ante esto, la necesidad de profundizar y generar nuevos espacios e instancias de formación se tornó imprescindible. Por eso el cine-foro al caer la noche, por eso el futuro espacio cultural.

Pero la derecha no solamente ha logrado desvincular a algunos consejos comunales del proceso comunal y chavista, sino que también ha venido disputando en el interior de aquellos que sí están en “Carlos Escarrá”. Isólis lo vive en su propio consejo comunal, de las 110 personas que participan activamente, 94 son chavistas y 16 opositoras. “Para ellos es clave tener gente en la base popular, por se meten para romper, quebrar, confrontan políticamente en la elección de las vocerías, pero no han logrado ser mayoría”, reflexiona, y señala el criterio que han adoptado: “Nosotros no les prohibimos que estén, pero eso sí, los consejos comunales son para ir hacia el Estado Comunal, el que no quiere eso se va”.

“No vamos a ceder los espacios a la derecha”, repite, y sabe que ese camino demanda esfuerzos, confrontaciones –al tercer día de las guarimbas los comuneros fueron, sin golpes pero cuerpo a cuerpo, a correr a los opositores-, exige hombres y mujeres haciendo y haciendo, “entregados a la revolución”, como deja claro Ismelda Martínez. Ella abre el quiosco comunal todas las mañanas, ahí tiene afiches de Hugo Chávez, de Simón Bolívar, café, periódicos, una luz que corre libre por sus ojos.

 Por eso Isólis resume lo que se debe: “No podemos estar criticando sin hacer, sin contribuir a organizar, hacer una revolución es cambiar radicalmente, y para eso tenemos que aportar para transformar”. Así han aprendido en la comuna, se han fundado, aunque los que debían ser aliados no siempre lo fueron, y disputaron el territorio, el partido, las elecciones, la forma de pensarse como individuos, de armar y re-armar lo colectivo. Así crean cada día el país que vendrá, lo tejen como el viento en la noche, silenciosos, con la voz entera, contra el fuego del otro que saben, volverá a golpear.

Fotos: Gustavo Lagarde


Instalado Bloque estadal del Gobierno Popular de las Comunas


Más de 20 organizaciones comunitarias estuvieron presentes



El Bloque estadal del Gobierno Popular de las Comunas para el estado Aragua quedo oficialmente instalado, actividad realizada en las instalaciones del INCES-EPA, ubicado en municipio Santiago Mariño.
En el evento participaron las 20 comunas registradas de toda la geografía aragüena, además de servidores públicos del Ministerio del Poder Popular  para las Comunas y los Movimientos Sociales, también, Los alcaldes de Ribas y Revenga, Juan Carlos Sánchez y Magali Figuera, respectivamente.


Betzy Camacho, coordinadora de dicho ente, preciso que “lo importante es que en estos espacios se fortalece a los comuneros para que sigan en el ejercicio del autogobierno popular, y así, construir el Estado Comunal” puntualizo
Del mismo modo, Camacho, destaco que “crearan un sistema que permita una relación permanente y directa entre el Gobierno Nacional y las comunas del estado”



Neida Espinoza, vocera de la Comuna Paula Correa, del Municipio José Rafael Revenga, subrayo el carácter histórico de esta instancia, “recuerdo que el comandante Chávez en el 2012, nos pidió con tesón que construyéramos las comunas, el espíritu y cultura comunal, que es lo más importante”. 
Se conoció que a finales de mes se hará otra reunión con el presidente Nicolás Maduro, y se discutirán los ejes político territoriales, jurídico, económico-productivo.

Texto y Fotografías: Wilmer Jiménez, Prensa Min. Comunas Aragua.

lunes, 25 de agosto de 2014

Unidad de Acompañamiento recibió formación política

El espacio sirvió, además, para compartir experiencias y anécdotas y, de esta manera, mejorar los métodos de acompañamiento.

La Escuela para el Fortalecimiento del Poder Popular del estado Aragua compartió con los servidores públicos de la Unidad de Acompañamiento Técnico Integral Comunal (Uatic), una actividad formativa.


La actividad, desarrollada en los espacios de la Fundación para el Desarrollo y Promoción del Poder Comunal (Fundacomunal) en La Pedrera de Maracay,  tuvo como tema central la educación convencional y su diferencia con la formación popular,  para que de esta manera el equipo de acompañamiento a las comunidades organizadas continúen en la reivindicación de los saberes en los procesos constructivos. 

El espacio sirvió, además,  para compartir experiencias y anécdotas y, de esta manera, mejorar los métodos de acompañamiento.

"Es necesario hacer formaciones por lo menos dos veces al mes, donde se aborden, por ejemplo, nuevas formas constructivas, el uso de programas de edición de planos para la construcción, ya que los ingenieros somos como los médicos, siempre debemos estar formándonos en los temas que nos compete”,comentóAlejandra Rodríguez, miembro de la Uatic. 

Resolución de conflictos y leyes que rigen la conformación y funcionamiento del poder popular,  entre ellas la de los Consejos Comunales, Contraloría Social, Economía Comunal fueron parte de los temas abordados.

jueves, 14 de agosto de 2014

Consejo Comunal Cacique Terepaima realizó censo socio-comunitario


Con la ayuda de Promotores de Min. Comunas 

Este sábado habitantes de la comunidad Cacique Terepaima, del municipio Santigo Mariño y trabajadores del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Movimientos Sociales desarrollaron un censo socio-comunitario para actualizar las vocerías y de esta continuar el proceso de construcción de 14 viviendas restantes de las 100 financiadas, es importante mencionar que 86 familias se encuentra disfrutando de un hogar digno.


Estas actividades complementarias se realizaron en 19 sectores de la entidad, simultáneamente, las cuales sirven para adelantar el proceso de construcción de viviendas que lleva a cabo el pueblo organizado con la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), en el estado Aragua se ha venido realizando todos los fines de semana, desde el sábado 29 de marzo, las jornadas de trabajos voluntarios.


El trabajo voluntario es solidaridad, reciprocidad, cooperación, sinergia, trabajo en equipo, empatía, confianza, credibilidad, opción de vida, unión comunitaria que va más allá de intereses personales y particulares.


Betzy Camacho, coordinadora del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Movimientos Sociales hizo presencia en el sector, y precisó "hoy estamos haciendo una fiesta comunal y haremos lo que sea necesario para transformar integralmente el hábitat, es por ello que hoy no pintamos casas, hoy estamos trabajando con el hombre y la mujer, que es lo mas importante, resaltó.


Al respecto Miriam Lezama, habitante de Cacique Terepaima se mostró agradecida y satisfecha por la participación de los servidores públicos en esta labor voluntaria de interés colectivo y la integración de los habitantes. “es una experiencia muy bonita, porque se muestra la unión, es una acción que nos compete a todos como pueblo revolucionario, como lo decía el comandante Chávez, el trabajo voluntario es el despertar de la conciencia”.

jueves, 7 de agosto de 2014

La Unidad de Acompañamiento del Ministerio de las Comunas recibió Formación política

Momento en el cual recibían la formación 
La Escuela para el Fortalecimiento del Poder Popular (EFPP), compartió, con los técnicos e ingenieros de la Unidad de Acompañamiento Técnico Integral Comunal (UATIC), una actividad formativa, realizada en los espacios de FUNDACOMUNAL, en la Pedrera de Maracay.

El evento formativo tuvo como tema central la educación convencional y su diferencia con la formación popular,  para que de esta manera la UATIC continúe en la reivindicación de los saberes populares en los procesos constructivos y de acompañamiento técnico a las comunidades.

El espacio sirvió para compartir experiencias y anécdotas y de esta manera mejorar métodos de acompañamiento.

Se abordo, además, estrategias para la resolución de conflictos, las leyes que rigen la conformación y funcionamiento de los Consejos comunales, tales como, Las Leyes Orgánicas de los Consejos Comunales, de Contraloría Social, Economía Comunal, entre otras.   

Alejandra Rodríguez, ingeniera civil, nos comentó, “es necesario hacer formaciones por lo menos 2 veces al mes, donde se aborden, por ejemplo, nuevas formas constructivas, el uso de programas de edición de planos para la construcción, ya que los ingenieros somos como los médicos, siempre debemos estar formándonos en los temas que nos compete”, enfatizó.


Texto y fotografía: Wilmer Jiménez prensa MinComunas